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viernes, noviembre 23, 2012

TRIPLE CRIMEN: PIDIERON PERPETUA PARA LOS ACUSADOS LANATTA Y SCHILLACI. LA FISCAL DE LA CAUSA CONFIRMO QUE LOS MATARON EN LA CASA DE VIDELA 631 DE QUILMES.

La fiscal de Mercedes Marcela Falabella pidió que se condene a prisión perpetua a los cuatro imputados del triple crimen de General Rodríguez, en el que fueron asesinados en 2008 los empresarios Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina.


La fiscal de Mercedes Marcela Falabella pidió este jueves la condena de prisión perpetua para los cuatro acusados del triple crimen de General Rodríguez, en el que fueron asesinados en 2008 Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, presuntamente por intentar quedarse con el negocio del tráfico ilegal de efedrina.
Al concluir su alegato de cerca de ocho horas ante el Tribunal Oral en lo Criminal 2, Falabella reclamó la pena máxima para los pares de hermanos Víctor (30) y Marcelo Schillaci (31) y Cristian (37) y Martín Lanatta (38), aunque no pidió la detención de los tres primeros, que permanecen en libertad.
Ahora, el debate pasó a un cuarto intermedio hasta el martes a las 9, cuando expondrán los abogados de la familia de las víctimas y los defensores y, luego, se fijará la fecha del veredicto.
Al iniciar su alegato, Falabella, junto a su colega Juan Bidone -que fue el instructor de la compleja causa-, afirmó que este fue un crimen "premeditado" y "motivado en la sociedad de hecho que conformaron las tres víctimas para dedicarse al tráfico de sustancias químicas, entre ellas la efedrina".
Ante una sala con unos pocos familiares de los tres hombres asesinados y de los imputados, la fiscal explicó que no solo tuvieron participación los pares de hermanos sino también el empresario farmacéutico Ibar Esteban Pérez Corradi, actualmente prófugo y supuesto autor intelectual de los homicidios.
Además, dijo que del hecho participaron el ex policía bonaerense Sergio Galeano y Ana Laura Montiel, esposa de Martín Lanatta, aunque no solicitó ninguna medida contra ellos "por falta de tiempo", aseguró una fuente judicial a Télam, luego de culminar la audiencia encabezada por los jueces Fernando Bustos Berrondo, Graciela Larroque y Marco Barski.
En cambio, a los Lanatta y a los Schillaci los consideró coautores de "privación ilegal de la libertad agravada en concurso real con homicidio agravado por ensañamiento, alevosía y por la participación de más de dos personas".
"El aporte de cada uno fue totalmente necesario, los redujeron, los mataron y los llevaron a un lugar frío. Esto significa que fueron coautores y ninguno tuvo el dominio funcional del hecho", remarcó Falabella, quien calificó a los imputados de "extremadamente agresivos" y "gente preparada que contó con ayuda hasta para la conservación de los cadáveres".
Previo a acusarlos, la fiscal dio crédito a lo declarado por el ex preso Juan Carlos Guevara, quien dijo que uno de los Schillaci le confesó en la cárcel los crímenes, y explicó que a lo largo del juicio quedaron descartados como autores algún acreedor de Forza y grupos militares o de seguridad por la forma en que se cometieron los asesinatos.
En su intervención, Bidone recurrió a los miles de registros telefónicos que obran en la investigación, y que son la base sobre la que se sustenta la mayor cantidad de prueba reunida en el expediente para ubicar a los acusados en lugares clave como el de la captura de las víctimas y donde fueron hallados sus cuerpos.
"Esto lo tenemos probado de modo técnico, no tenemos un testigo directo desde el primer día y no lo tenemos ahora", admitió Bidone, para luego exhibir gran cantidad de sitios y caminos a través del programa Google Earth.
El fiscal dijo que durante el debate "se ha probado que el 7 de agosto de 2008, Sebastián Forza concurrió con Leopoldo Bina y Damián Ferrón al hipermercado Wal Mart (de Sarandí, en el partido bonaerense de Avellaneda) a una reunión previamente acordada con Martín Lanatta", el principal imputado.
Mientras mostraba los registros de empresas telefónicas, explicó que "Lanatta arribó al lugar a las 12.44 desde su casa de Quilmes", y en horarios similares lo hizo el resto de los imputados.
Según el fiscal, tras permanecer en el local unos diez minutos, todos se trasladaron a la casa ubicada en Videla 631 de Quilmes, propiedad de Lanatta: "La reunión que definió la fatalidad fue la que se hizo allí, que demoró más de una hora, no la del Wal Mart", remarcó.
"Desde ese momento, las radios (Nextel) de las víctimas fueron silenciadas, o sea apagadas, hasta que se activaron poco más tarde en General Rodríguez", explicó en alusión a que no realizaron ni recibieron llamadas ni alertas.
Bidone recordó que según los estudios forenses, las víctimas permanecieron tres horas atadas con precintos, de acuerdo a las marcas que se hallaron en sus muñecas, y luego fueron asesinadas en General Rodríguez, donde detalló cómo se activaron nuevamente alrededor de las 16 todos sus teléfonos y los de los acusados.
Aseguró que una de las armas que se utilizaron para los crímenes fue la pistola calibre 9 de Forza, la cual fue hallada calcinada dentro de la camioneta de Ferrón, encontrada incendiada el mismo día de la desaparición de los empresarios.
Es que, según Bidone, los asesinos se trasladaron tras los crímenes hacia la Capital Federal, donde también se encontró el auto de Forza.
Previamente, el fiscal vinculó también mediante llamadas a Martín Lanatta con Ibar Pérez Corradi, sindicado como autor intelectual de los crímenes, y afirmó que ambos "eran grandes comerciantes y alimentaban con efedrina la cocina de Ingeniero Maschwicz", manejada por los mexicanos Jesús Martínez Espinosa y Marcelo Tarzia (fallecido).
"Pérez Corradi y Forza proveían a esa cocina a través de Tarzia y éste tenía buena relación con Martín Lanatta. Pérez Corradi y Lanatta eran socios en el tema de la efedrina", remarcó.
Bidone además enumeró varias reuniones efectuadas entre el 24 de junio y el 7 de agosto entre los hombres asesinados y los imputados, y subrayó que Lanatta "compró una línea para hablar exclusivamente con Forza entre el 1 y el 7 de agosto de 2008 y luego darle muerte junto a sus recientes socios".
Lo que aún es un enigma para los investigadores es el lugar donde los cuerpos estuvieron guardados hasta que finalmente los arrojaron en un zanjón, donde fueron encontrados seis días después, el 13 de agosto de 2008

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