El efectivo de la Policía Federal Argentina (PFA) que abatió de un balazo en el pecho a uno de los dos “motochorros” que intentaron asaltarlo el lunes cuando se dirigía a la psicóloga en Quilmes Oeste, es hermano de un oficial asesinado por delincuentes en octubre pasado en Barracas. El hecho ocurrió alrededor de las 17, en Irala y Necochea, donde el efectivo de la PFA se encontraba franco de servicio y vestido de civil, a bordo de su automóvil particular. Según las fuentes, el policía estacionó su vehículo para concurrir a una sesión de terapia en el consultorio de su psicóloga, y fue en esas circunstancias en que dos delincuentes lo abordaron en una moto roja y lo amenazaron con fines de robo. Ante esta situación, el efectivo se identificó como tal, por lo que uno de los asaltantes le disparó, dijeron los informantes. Las fuentes señalaron que el policía repelió la agresión con su arma reglamentaria, originándose un enfrentamiento que terminó cuando uno de los delincuentes, que viajaba como acompañante, recibió un balazo en el pecho y cayó muerto a unos 300 metros del lugar, en avenida Amoedo y Necochea. Por su parte, el delincuente que conducía recogió el arma que había quedado junto al cuerpo y escapó en la moto, según quedó registrado en las cámaras de seguridad municipales. De acuerdo con los pesquisas, el fallecido es un joven de unos 25 años que residía en Quilmes. En tanto que el efectivo, Ignacio Andrés Lagos, de 26 años, presta servicios en la División Mitre de la PFA y resultó ileso. A su vez, los investigadores determinaron por un llamado al 911 que momentos antes de cometer este intento de robo, los mismos delincuentes habían asaltado, también sin concretar el robo, a la expareja de una oficial de la Policía Local de Quilmes a unas diez cuadras de distancia, en Irala y Lisandro de la Torre.
El crimen de Lagos y el barrendero
El crimen del hermano de Lagos ocurrió el lunes 19 de octubre a las 23.40 a bordo de un interno de la línea 100, ramal 1, que circulaba por la calle Vieytes, entre Quinquela Martín y Suárez, donde subieron dos delincuentes armados. Lagos, el agente de la Policía Federal asesinado arriba de un colectivo en Barracas, recibió cuatro balazos, según determinó la autopsia. Era vecino de la localidad de Ezpeleta. En ese mismo hecho fue asesinado también Juan Roberto Bonifacio (43), quien trabajaba como barrendero. El hombre recibió un único disparo que ingresó por la espalda y le afectó varios órganos. Además de los dos fallecidos, hubo otros dos pasajeros heridos de bala, que fueron atendidos y dados de alta.“Mi hijo no tiró primero porque habrá pensado que iba a ir preso y tiene una hija, pensó en eso…”, aseguró en aquel momento Fabiana, la mamá de Lagos. La mujer, madre de tres hijos policías, afirmó que Lagos “trabajaba como un loco, doce horas por día, tenía una nena de dos años para que lo agarren estos hijos de p… y lo maten”.“En este país defienden solamente a los chorros, entran por una puerta y salen por la otra, quiero ver quién está del gobierno, no hacen una mierda. Quién me lo van a traer a mi hijo, quiero a mi hijo de vuelta”, expresó llorando.
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