Peligroso y astuto delincuente simuló ser policía y mantuvo apasionado romance. El sujeto fue detenido en la vivienda de su pareja, en la localidad bonaerense de Ranelagh, señalaron las fuentes.
Un ingenioso poliladrón, mejor dicho, un peligroso delincuente, con frondosos antecedentes, que simulaba ser policía, fue detenido en las últimas horas en la vivienda de su pareja, quien sí formaba parte de la fuerza bonaerense. El maleante, al verse cercado por las autoridades, mantuvo de rehén durante más de una hora a su novia, a quien también había engañado.
Un sujeto, de apellido Juárez, de 50 años, fue apresado en las últimas horas, en un inmueble situado en la calle 42, entre 132 y 133 de la localidad bonaerense de Ranelagh, intensamente buscado desde hace mucho tiempo por diversos delitos.
Sin embargo, el imputado evadió a la justicia, haciendo pasar como comisario inspector de la Policía Bonaerense, luciendo el correspondiente uniforme. Bajo esa fachada engañó y enamoró a una subcomisaria, Etelvina Zaracho, que durante siete años fue titular de la Comisaría de la Mujer de Florencio Varela y desde principios de noviembre se desempeñaba como coordinadora de las comisarías de la mujer de la Jefatura Departamental de Almirante Brown.
En el instante de su detención, Juárez arribó a la propiedad de la mujer policía, uniformado, en un Citroën C3 con pedido de captura.
Un grupo de agentes encubiertos, vestidos de civil, intentaron detenerlo pero al advertir la escena, Zaracho comienzó a gritar creyendo que le estaban robando.
El momento fue de absoluta tensión y entonces un vecino intervino en su ayuda y logró soltarlo.
Por lo tanto, el maleante ingresó a la vivienda y ante la llegada de la policía, tomó de rehén a su pareja, quien no entendía lo que sucedía.
Así se iniciaron intensas y extensas negociaciones que culminaron luego de una hora, cuando el acusado se entregó pero ya vestido de civil.
El delincuente cuenta con importantes antecedentes delictivos de violación, robo, tráfico de influencias y usurpación de títulos y honores.
De esta manera, Zaracho pudo “librarse” de su novio, que al fin y al cabo, terminó siendo un peligroso delincuente
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