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domingo, abril 19, 2020

SE ENCIENDEN LAS ALARMAS EN LA.UNIDAD 42 DE FLORENCIO VARELA POR LA LLEGADA DEL CORONAVIRUS A LA.CARCEL

En las ultimas un interno al ser conducido desde el penal 42 de Florencio Varela, hasta el Hospital por una diálisis, los médicos advirtieron que tenía fiebre alta. Así, se le realizó un hisopado (test de coronavirus). Los resultados llegaron a las autoridades del SPB en el día de hoy, determinando de esta manera que el COVID19 llego a instalarse en las carceles de Florencio Varela.
Unidad 42 a donde llego el Covid19


El detenido quedó internado en el nosocomio Pte Peron de la localidad de Avellaneda. Diez penitenciarios y cinco presos que tuvieron contacto con él -cuatro de ellos que estaban en la sala de Sanidad de la Unidad N°42- quedaron aislados de manera preventiva, ( vale aclarar que este interno cumplia su condena en la unidad 23 de la misma localidad), los agentes permanecen en sus casas. Ninguno tiene síntomas visibles hasta el momento. También se estudió a los detenidos del Pabellón N°12, en donde se ubica el detenido encargado de hacer la limpieza en la sala de Sanidad junto a otros 55 presos: ninguno, hasta ahora, tiene fiebre u otros síntomas.

EL INTERNO

El detenido en cuestión Julián Arakaki, de 49 años, un paciente renal crónico que necesitaba tres sesiones de diálisis por semana, había estado alojado originalmente en la Unidad N°23 de Florencio Varela, pero fue trasladado en las últimas semanas a la sala de Sanidad de la Unidad N°42 de la misma zona, al ser parte del grupo de riesgo por su diagnóstico. Las autoridades del SPB, creen que se contagio en una de las salidas.


TRES PENITENCIARIOS CONTAGIADOS

En las semanas previas, tres penitenciarios recibieron diagnósticos positivos en unidades como la N°21 de Campana y la alcaldía número 3 de Melchor Romero, como asi en la unidad varelense donde se encuentran detenidos los 8 rugbiers acusados de matar a golpes a Fernando Báez Sosa. Ninguno de ellos, según fuentes del SPB, tenía contacto cotidiano con internos.

LA LLEGADA DEL CORONAVIRUS A LA CARCEL ENCIENDE LAS ALARMAS

Así, el primer contagiado dentro de una cárcel argentina representa un punto de inflexión en la historia, entre la tensión o la concordia de los presos mismos y los esfuerzos y negociaciones para contener una posible crisis. Desde la llegada del virus al país, las cárceles se convirtieron en un frente obvio: los sistemas federales y bonaerenses suman 58 mil detenidos, otros tres mil en las comisarías de la provincia, enfrentan la mayor sobrepoblación de su historia, celdas de cuatro donde duermen ocho, con poblaciones de detenidos de alto riesgo, de edad avanzada, con enfermedades previas, detenidas con embarazos en curso, un contagio dentro de un penal implica una multiplicación casi garantizada.

LOS INTERNOS TODAVIA PLANEAN NEGOCIAR SUS PRISIONES DOMICILIARIAS O EXCARCELACIONES

En Coronda y Las Flores, motines sangrientos terminaron con cinco cadáveres e instalaciones incendiadas. En la Unidad N°54 de Varela y en la alcaldía de Batán, revueltas de internos llevaron a roces y balas de goma. En el penal de Devoto, las batucadas nocturnas de los detenidos se multiplicaron. En los tribunales federales, cientos de presos pidieron su excarcelación por la pandemia mediante sus defensas. Los presos que elegían quedarse adentro y no disputaban su suerte ante un tribunal reclamaban comida, higiene, que controlen a los penitenciarios con examenes medicos.

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